
Pero es importante mencionar que para alcanzar que los estímulos todo esto logre una respuesta en donde observamos un cambio de conducta, la función de persuadir que tiene la comunicación debe de tomar en cuenta el medio y las personas a las que el mensaje les va a llegar, esto quiere decir que es necesario entender que no todos son iguales y que el mensaje deber ser modificado dependiendo el medio y a las personas a las que va dirigido. En la publicidad sucede lo mismo la famosa marca de refrescos “Pepsi”
La eficacia de la comunicación, en la que Hovland advierte seis fases, es la respuesta/resultante (cambio de conducta) de un proceso causal que parte de un estímulo, la exposición de un mensaje (acto emisor) y requiere suscitar atención (llegar), ser comprendido (alcanzar), ser aceptado (actuar), ser retenido (permanecer). Para que la actitud cambie, hay que cambiar las creencias, y para ello debe haber una correspondencia en la adecuación del estímulo al destinatario, de acuerdo con la posición que éste tenga en el plano de las ideas, de su formación, distancia con la fuente, etc. Los efectos, fuertes o limitados, no son generales, no alcanzan al universo de una audiencia inerme, como proponían las teorías conductistas menos evolucionadas.
Hovland dice que los efectos
son determinados por características que tienen el público al que va dirigido
como la edad, nivel educativo, las creencias, autoestima, la manera en que son
persuadidos, etc. (Infoamérica, s.f.)
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